De: El escribidor fantasma
“No vuelven más”, era la consigna de la derecha en América Latina contra los movimientos democráticos populares que hicieron historia en la primera década del siglo XXI.
Los tiempos de Lula, Chávez, Kirchner, Evo, Mujica, Correa y compañía, parecían ser cosa del pasado. La derecha puso “por las buenas” a Macri, Lacalle Pou y Lasso. Por las malas, como suele hacerlo, catapultó a Bolsonaro y Áñez.

Todos han fracasado. Lasso es una de sus últimas cartas. Parecía un sobreviviente, luego de imponerse a Andrés Aráuz, el candidato del correísmo, en las elecciones generales del 2021.
El gobierno de Lasso está plagado de ineficiencias, inseguridad ciudadana y corrupción. Este hombre de negocios tiene cuentas en paraísos fiscales. El año pasado se salvó de la destitución.
Hace varias décadas, a manera de premonición, el general Juan Domingo Perón decía: “No es que nosotros seamos tan buenos, sino que los demás son peores”.
Y sin embargo, el pueblo también se mueve. El peronismo volvió en Argentina, con sus contradicciones. El MAS de Evo Morales lo hizo por la puerta grande. Lula acaba de retornar a lo grande.
En Ecuador se acaba de dar un paso importante para ese retorno.
En sus elecciones seccionales, como llaman en el país de Eloy Alfaro a las votaciones de autoridades locales, realizadas el domingo 5, la Revolución Ciudadana de Rafael Correa ganó ocho de las 19 prefecturas. Y se impuso en las importantes alcaldías de Quito, la capital; y Guayaquil.

Esta última ciudad es la más importante en cuanto a producción económica. En los últimos 30 años, había estado en manos del Partido Social Cristiano, aliado de Lasso, incluso en tiempos de gobierno de Correa. Que la Revolución Ciudadana tome el poder en esa ciudad es un golpe para la derecha que ahora gobierna.
El economista Alfredo Serrano Mancilla ha dicho: “las identidades políticas se pueden perseguir, pero esto no significa que desaparezcan”. Esto había pasado con la Revolución Ciudadana en los últimos cinco años. Su líder está proscripto y exiliado, y otros de sus dirigentes están perseguidos. Pero el pueblo tiene memoria cuando las cosas van mal. Así pasó con el peronismo durante 18 años, y volvió. Así ocurrió con Lula hace poco. Ayer y hoy, la historia de América Latina siempre está presente.
El correísmo se prepara para el 2025. No sabemos si con Correa o sin él. Pero el pueblo siempre vuelve.
